Biblia Viva

...la Biblia de Jerusalén

I Samuel 17, 26-40

26 Preguntó, pues, David a los hombres que estaban a su lado: «¿Qué
se hará al hombre que mate a ese filisteo y aparte la afrenta de Israel? Pues

¿quién es ese filisteo incircunciso para injuriar a las huestes de Dios vivo?»
27 Y el pueblo le repitió las mismas palabras: «Así se hará al hombre

que lo mate.»

28 Se enteró Eliab, su hermano mayor, de su pregunta a los hombres y
se encendió en cólera Eliab contra David, y le dijo: «¿Para qué has bajado,
y a quién has dejado aquel pequeño rebaño en el desierto? Ya sé yo
tu
atrevimiento y la maldad de tu corazón. Has bajado para ver la batalla.»

29 Respondió David: «Pues ¿qué he hecho yo? ¿es que uno no puede
hablar?»

30 Y volviéndose se dirigió a otro y preguntó lo mismo y la gente le
respondió como la primera vez.

31 Fueron oídas las palabras que decía David y se lo contaron a Saúl,
que le hizo venir.

32 Dijo David a Saúl: «Que nadie se acobarde por ése. Tu siervo irá a
combatir con ese filisteo.»

33 Dijo Saúl a David: «No puedes ir contra ese filisteo para luchar con
él, porque tú eres un niño y él es hombre de guerra desde su juventud.»

34 Respondió David a Saúl: «Cuando tu siervo estaba guardando el
rebaño de su padre y venía el león o el oso y se llevaba una
oveja del
rebaño,

35 salía tras él, le golpeaba y se la arrancaba de sus fauces, y
si se
revolvía contra mí, lo sujetaba por la quijada y lo golpeaba hasta matarlo.

36 Tu siervo ha dado muerte al león y al oso, y ese
filisteo
incircunciso será como uno de ellos, pues ha insultado a las huestes de Dios
vivo.»

37 Añadió David: «Yahveh que me ha librado de las garras del león y
del oso, me librará de la mano de ese filisteo.» Dijo Saúl a David: «Vete, y
que Yahveh sea contigo.»

38 Mandó Saúl que vistieran a David con sus propios vestidos y le
puso un casco de bronce en la cabeza y le cubrió con una coraza.

39 Ciñó a David su espada sobre su vestido. Intentó David caminar,
pues aún no estaba acostumbrado, y dijo a Saúl: «No puedo caminar
con
esto, pues nunca lo he hecho.» Entonces se lo quitaron.

40 Tomó su cayado en la mano, escogió en el torrente cinco cantos
lisos y los puso en su zurrón de pastor, en su morral , y con su honda en la
mano se acercó al filisteo.